¡A amasaaar!
Es muy reconfortante poder disfrutar en casa de algunas actividades con los más pequeños. Si además, con ello se les involucra en la igualdad de roles y en tomar interés y actitudes proactivas hacia las labores domésticas, mucho mejor. Todavía más interesante si con estas actividades, se estimulan sentidos como olfato y tacto, además de desarrollar la motricidad en las manos.
Los pasos a seguir son los siguientes:
1. Mezclamos bien en un bol los ingredientes secos: harina, levadura y sal.
2. Engrasamos un bol con aceite y reservamos (ver el paso 4 antes de seguir).
3. Echamos los ingredientes líquidos (resto del aceite y el agua) muy despacio mientras vamos removiendo con una cuchara hasta que se forme una masa homogénea, la sacamos del recipiente y la amasamos un poco.
4. Lo ideal es dejar la masa reposar entre 30 minutos y una hora metida en un bol engrasado en un lugar cálido cubierta con un trapo de cocina para que crezca. Sin embargo, como de lo que se trata es de pasar un rato divertido, si nos saltamos este paso para no hacer esperar a los niños, nos quedará un pan un poco más duro pero comestible.
5. Cuando ya tengamos la masa, podremos darle la forma que deseemos. Ahora es el momento de que los niños experimenten dando distintas formas a la masa creada.
Cuando ya estén nuestros panes listos, les daremos unos pequeños cortes (los niños podrán pincharlos con palillos) para permitirle que crezca.
Enharinamos una bandeja de horno, colocamos nuestros panes y espolvoreamos un poco de harina por encima de ellos.
6. Precalentamos el horno a 220 grados y lo metemos aproximadamente una hora (sacar cuando se vea que toma su color).
Podéis mandar fotos a vuestra educadora, 👀
¡nos encantaría veros con las manos en la masa!👀
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